A veces simplemente quieres algo con todas tus fuerzas, algo en tu interior no está en paz y te impulsa en una dirección que quizás no es la más lógica. Pero quieres eso por encima de todo, lo sabes como sabes qué hora es y de qué color son tus ojos.
Tienes miedo a equivocarte pero simplemente no podrías querer otra cosa. Las razones si las buscas las encuentras para intentar defenderte, pero no es el razonamiento lógico lo más importante ni lo que te empuja hacia ello.
Si el instinto animal lo he sentido alguna vez, nunca como ahora. Seguirlo es dejarse llevar por algo que no entiendes del todo, por eso da miedo. Pero también pienso que algo tan profundo no puede estar equivocado, algo que viene de tan adentro. Algo que compartimos con los hombres cavernarios e incluso nuestras mascotas, que ha hecho que la vida se abra paso desde el principio de los tiempos, supongo que no puede estar equivocado.
En esta vida hay cosas que vienen dadas desde el nacimiento. El dinero no es una de ellas en mi caso. Otros lo tienen más fácil en ese sentido que yo, sin duda, porque digan lo que digan, facilita las cosas muchísimo.
Se me dio una infancia de sueño dorado que vive en mi corazón y me acompaña como una caricia en una noche oscura. Se me dio una mente y un corazón que han perseguido sus sueños como han podido.
Algunos se han cumplido yendo hacia ellos con esfuerzo, otros están en curso y me tienen en vilo, otros están rotos y espero que no se me haga tarde para recoger los pedacitos, y otros han superado todo lo imaginable.
En esta última categoría entran, entre otras cosas, los seres vivos que pueblan estas paredes desde las que escribo, animales y humanos. Criaturas que no serían mejores ni en mis sueños, que me he encontrado sin saber cómo, que no sé cómo pueden ser así.
En medio del cáos terrenal, de la lucha por la supervivencia material, del cansancio físico y mental y el desasosiego por el futuro, me detengo un segundo y los miro, y los pienso.
Como un brote de verde en la calzada sobreviven en este mundo de mierda, y qué suerte la mía, están junto a mí.
Tuve un embarazo fatal. Lo peor fue el dolor, me dolía la zona abdominal inferior mucho, sobre todo al andar. No se sabía por qué, una ginecóloga de las varias que vi sospechaba que sería por unos miomas grandes que tenía, otros/as no le daban mucha importancia, diciendo que era normal. Supongo que cuando vas al médico diciendo que algo te duele bastante pero no vas cayéndote al suelo ni sacando las tripas por la boca quizás ni te creen. El caso es que con ese dolor y todo trabajé hasta casi el último día.
Otro tema era el volumen de mi barriga. Era descomunal, y eso que la niña no era especialmente grande, nació en un peso bastante normalito, pero aquello era como si llevase trillizos. Más de uno me preguntó si esperaba gemelos. En finales del segundo trimestre y el tercero me afectó a la comodidad para dormir y descansar y a la movilidad, dormía mal y a trozos y me movía muy poco.
Por último, desde el principio y hasta casi el final tuve muchas molestias digestivas y sensoriales. Las cosas me sabían y olían raro, tenía un hambre descomunal y tenía mucho ardor de estómago y náuseas a temporadas.
Una frase que solía decir en las últimas semanas era que estaba deseando que naciera para "recuperar mi cuerpo". No sé, supongo que sabes que después de aquello no todo va a volver a lo que era de la noche a la mañana, pero no te imaginas para nada lo que está por venir. Aquello se acabó, pero no para dar paso a lo anterior, sino a una situación distinta en la que el cuerpo sigue sin ser el tuyo.
El dolor se fue, eso se agradece siempre porque es difícil vivir con dolor. Donde había una barriga descomunal ya hay espacio para moverse, ya que poco a poco ha ido bajando, pero estéticamente te dan ganas de llorar lo que está a la vista. Sabes que mejorará, pero por ahora es lo que tienes y no sabes hasta qué punto. Otros aspectos de la estética en los que no voy a entrar también te atormentan. ¿Mejorará? ¿Cuándo y cuánto?, te preguntas. No lo sabes. Vives con ello y tampoco lo piensas mucho porque la vida que ahora tienes no te da mucho para pensar en eso.
Espacio para moverse hay, pero poca oportunidad. Un bebé no duerme en la cuna plácidamente y de cuando en cuando llora para reclamar que lo alimentes o le des un poco de cariño, al menos en mi caso no es eso lo que me he encontrado para nada, y tampoco lo es en la mayoría de casos de la gente que pregunto. Lo que me he encontrado es que la tengo encima todo el santo día, que no duerme si no es encima tuyo, pide teta a todas horas, y si está despierta también quiere estar encima tuyo.
Mi cuerpo ya no es mío, y mi mente, apenas. "Mejorará con el tiempo", dicen algunos. Otros dicen que no es que mejore, que se van unas cosas y vienen otras.
Mi cuerpo ya no es mío del todo, y es difícil saberlo de esta forma.
Sólo salgo de la angustia que esto me provoca con el amor que siento.